“Te quiero, pero ya no te amo” Por Graciela Ferrando, psicóloga

Qué frase paradójica, por eso en inglés es así de simple: “I love you”, a secas, no se complican tanto. En italiano es “Ti amo”, más nada. En francés es “Je t´aime” y punto. ¿En qué momento se hizo la frase: “Te quiero”, menos que el “¿Te amo?”. En España se dice «Te quiero», en lugar de “Te amo”, para expresar amor hacia la pareja.
Hoy es común escuchar: “eres intenso”, sobre todo a la ‘Generación Z’. Harán referencia probablemente a las conductas, o a un exceso de atención. Hay que precisar que el amor no acaba, se transforma, trasciende… Puede cambiar de matiz, se vuelve un tipo diferente de amor. Pero no se extingue. Conoces y eres consciente de que van a existir incompatibilidades con tu pareja, problemas, que pueden llevar a generar conflictos.
Cuando el conflicto lleva anunciar la separación o divorcio
Analicemos primero el hecho del dolor, que produce una separación de quien se dice se amó o se ama, con quien se tuvieron sueños y fantasías que se creían durarían toda la vida, con quien en un momento de la vida se dijo: “Sí, acepto”, ya sea al hecho de pedir matrimonio o la sugerencia de vivir juntos y con quien se creó un vínculo emocional muy fuerte partiendo de la intimidad y que incluso se formaron vínculos imposibles de romper, como el hecho de ser padres o abuelos. Separarse es una decisión que puede marcar la vida, aunque con el tiempo pueda ser positiva si la relación es perturbadora e insatisfactoria, muchas parejas después de una separación y divorcio llegan a trascender, superar y aceptar.
Es una decisión que conlleva muchas responsabilidades presentes y futuras y que provoca muchos sentimientos desde el momento en que se empieza a pensar en ella, llegando a sentir dudas, odio, tristeza, enojo, resentimiento, dolor, confusión, entre otros sentimientos, y pensamientos que se viven durante este proceso y aún después de que se termina.
También debemos considerar que algunas parejas no saben terminar bien, de manera sana, estable o civilizada, es cuando el divorcio se convierte algunas veces en un nuevo campo de batalla, en donde se puede expresar de manera más directa el odio y los resentimientos u otros sentimientos negativos generados durante el matrimonio.
Con la intervención es importante lograr una separación civilizada, consiente y con aceptación, aunque esto no quiere decir que no aparezcan conflictos, sino que las consecuencias negativas disminuyen. En ocasiones la pareja se encuentra en un patrón destructivo que no le permite solucionar los conflictos, por lo que se hace necesaria la mediación de expertos, como los terapeutas de pareja, familia y psicólogos, que permita mejorar la comunicación y llegar a acuerdos que faciliten el proceso de separación y divorcio. Es necesario reconocer que en la relación de pareja aun después del divorcio el vínculo no termina, siguen siendo los “ex” y esa figura sigue apareciendo siempre en otras etapas de la vida, se haya superado o no el divorcio.
Algunos estudios revelan que las personas que se divorcian una vez, son más susceptibles a tener divorcios con futuras parejas, y es que muchas de las veces el divorcio representa un alivio mas no un aprendizaje, y los patrones de comportamiento inadecuados utilizados para relacionarse se siguen utilizando de tal forma que se obtienen resultados similares en las futuras relaciones.
¿Qué habría pasado? ¿Por qué decidieron terminar?
Mayormente en la pareja los divorcios y separaciones se dan por que la pareja siente insatisfacción o perturbación, tal como lo menciona Albert Ellis y Aaron Beck en sus modelos TREC.
Según las investigaciones más recientes, existen 4 indicadores que deterioran a la pareja y los llevan a querer separarse. Lo denominaremos como los Jinetes del Apocalipsis:
- a) La crítica: Son descalificaciones, ataques, agresiones hacia la pareja, puede llegar a culparse, exagerar, lanzar críticas destructivas.
- b) La actitud defensiva: Es cuando la relación se vuelve rígida, de tal manera que no puede distinguir entre lo que es un ataque y lo que no, se niega las responsabilidades por lo que se llega al ataque.
- c) El desprecio: Es la forma en que la pareja ha perdido el respeto por el otro, es muy notorio en el lenguaje no verbal de las parejas y es alimentado con pensamientos negativos hacia la pareja.
- d) La capacidad para no escuchar al otro: La indiferencia, el ignorarla, el desconectarse, el silencio, la inexpresión ante las situaciones del otro, a veces es una forma de ya no pelear, más con el tiempo y la continuidad es la evidencia de ya no querer estar en la relación.
La luz que mantiene una relación de pareja implica de 3 pilares y esto conforma a una relación de pareja unida y sana. Los son: la intimidad, la pasión y el compromiso. Cuando hablamos de intimidad, destaca los sentimientos de una relación de confianza, de compañerismo, de trabajo en equipo, disposición a dar y compartir. Cuando nos referimos a pasión, es un componente exclusivo, romántico y sexual. Y cuando hablamos de compromiso, es la elección y la libre decisión de amar a otra persona, compromiso por querer amar y mantener ese amor, a través del buen trato y el desarrollo personal.
La verdad de la milanesa, es que uno está donde quiere estar, con quiere estar, haciendo lo que decide qué y cómo y cuándo. Uno es libre de elegir que le aporta y que no.
Si la vida misma es impermanente, nadie es dueño de nadie, ni sabe lo que ocurrirá al día siguiente. Es importante elegir a una pareja con valores eso sí, y que ambos compartan el mismo objetivo en la relación. Se puede superar y se puede avanzar hasta que ambos miembros de la pareja lo deciden, si hay muchas discusiones, y optan por ya no continuar, se respeta la decisión del compañero y hasta se puede lograr perdonar, pero uno tiene que estar dispuesto a trabajar en ello.
Ahora lo que va a ocurrir, es que pasan a ser miembros únicamente en sus roles de padres, ya no de pareja, e implica un nuevo compromiso. En la que la comunicación, la regulación emocional, la confianza, la toma de decisiones, el resolver problemas, el respeto, asertividad, la empatía, la generosidad, la equidad, la habilidad para negociar, se ven envueltas en este nuevo proceso de rol de padres únicamente y apostar por mantener un contexto saludable por los hijos. Padres con emociones sanas en una crianza con amor, orden y disciplina, hijos que crecerán seguros y se sentirán cuidados.
R con R no te rindas, no te resistas.
Como diría mi tío, “Un comercial y regreso”, escribo el próximo martes.
Psicóloga Psicoterapeuta
Graciela Ferrando
@psicologagfg
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