Roedores y control de calidad

Resulta que ahora hay roedores no solo en la política. En los mostradores de embutidos de hipermercados Metro de Chorrillos fueron filmadas dos robustas ratas, tan enormes y orejonas, que parecían conejos de raza angora. Corrían dando brincos entre los jamones, mortadelas y salames, resueltas y cómodas, como si conocieran el camino. No es una noticia menor, una simple anécdota, sino un hecho que tiene que ver con la salubridad, la economía y las garantías que debe dar el sistema para demostrar su funcionamiento eficiente.

Y no solo es una cuestión de responsabilidad empresarial, sino también de eficiencia en la fiscalización que les corresponde a los gobiernos locales, Digesa e Indecopi.

Una de las funciones de las municipalidades es velar por una alimentación saludable a través de autorizaciones sanitarias, inspecciones, fiscalización y vigilancia. Por su parte, Digesa tiene la responsabilidad de la protección de la salud de la población, a través de mecanismos como la certificación, prevención, vigilancia, supervigilancia, fiscalización y control de los riesgos sanitarios en materia de salud ambiental, inocuidad alimentaria y ocupacional, funciones que debe ejercer con “calidad y eficiencia”. En tanto que a Indecopi le corresponde la política nacional de protección del consumidor y el Plan Nacional de Protección de los Consumidores.

Que dos ratas corran por los escaparates de embutidos, como si estuviesen en maratón, demuestra que los organismos correspondientes están pintados en la pared. Ya antes, por una cucaracha en uno de sus productos, una conocida cadena de pizzas tuvo que irse del país. Y son incontables los reportajes televisivos sobre roedores, cucarachas y moscas en restaurantes, pollerías y chifas. Pero las autoridades hacen un operativo, aplican una multa, disponen un cierre temporal y listo. En uno o dos meses, las mismas alimañas vuelven por sus fueros para convertirse en las reinas de la cocina.

Hay que dejar claro que no es menor la responsabilidad de la empresa Cencosud, dueño de Metro, que es un consorcio multinacional chileno que se presenta como “uno de los más grandes y prestigiosos conglomerados de retail en América Latina”. Sin embargo, en uno de sus locales fueron filmadas dos ratas correteando entre los embutidos. El consumidor es el último eslabón en la cadena productiva, pero es el único que decide la compra de un producto. La ley de la oferta y la demanda, de libre mercado, le da el derecho de decidir. Subestimar al consumidor puede ser fatal para una empresa. Hay que tenerlo presente. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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