Aunque Lima es sede frecuente de importantes eventos político-culturales, la cita del Foro Madrid, los días 29 y 30 de marzo, posee, sin duda, un significado especial. No se trató de un conclave de luminarias que impactan en el escenario internacional, con deslumbrantes discursos académicos. Y que, cada cierto tiempo, encandilan a nuestros auditorios selectos. Fue. más bien, una reunión de mílites imbuidos por una causa superior: la democracia, la libertad y el estado de derecho.
Causa cuya defensa es imprescindible el día de hoy, frente a las amenazas contra el Perú y la región, por parte del Foro de Sao Pablo y el Grupo de Puebla. De esta manera, se cubre un vacío penoso para el país. Un tiempo dilatado donde la visión izquierdista radical era hegemónica en los predios de la cultura, la educación, la prensa, la academia e incluso, el sentido común ciudadano.
Ello fue merced a un trabajo de larga duración. Apenas caído el Muro de Berlín, Fidel Castro y su adalid Lula Da Silva fundaron el Foro de Sao Pablo. Sentaron las bases del “socialismo del siglo XXI”. Revertieron la bancarrota del comunismo mundial, recurriendo a la estrategia política de Antonio Gramsci, olvidada por el marxismo clásico. Desplazaron la lucha armada: la insurrección de Lenin, la guerra popular de Mao y la acción guerrillera de Guevara.
Utilizaron perversamente los espacios democráticos para acumular fuerzas, de modo que 33 años después, casi todos los gobiernos de América Latina, más España, están bajo su influjo siniestro.
Ante el éxito objetivo, no pocos sectores democráticos sucumbieron. Se ilusionaron por lo que se vendía como “el signo de los tiempos”. Y hasta la derecha tradicional adoptó el nuevo credo progresista, para sentirse moderna.
Destruidas las bases morales e intelectuales de nuestras comunidades, el ADN de la Nación, el asalto al poder, consumado a través de elecciones –muchas veces amañadas– solo fue cuestión de tiempo. Después se perpetuaron su poder, aboliendo las libertades.
Foro Madrid es una conjunción de patriotas del mundo iberoamericano, para defender la identidad nacional y las tradiciones democráticas y populares, que pretenden ser destruidas por el globalismo y los nuevos sistemas totalitarios, hoy en boga.
El Perú fue respaldado por parlamentarios e instituciones de la Ibero- esfera, en momentos que arrecia el ataque subversivo interno contra la República, mientras nos agreden gobiernos del continente, que responden a estos protervos intereses. Comprenden que en nuestra Patria se definirá el curso de esta guerra política. Los peruanos hemos aprendido que no estamos aislados.
Y que nuestra lucha es la lucha de los pueblos hermanos de la región, por afirmar su soberanía y libertad. ¡Hoy estamos unidos contra la agresión continental!
(*) Constitucionalista
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