Opinión

Sectarismo y ausencia de líderes

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En su discurso en el Festival de Cannes, la actriz Jane Fonda, quien se dedica al activismo político desde que apoyó al movimiento por los derechos civiles y a la oposición a la guerra del Vietnam (1955 y 1975), dijo que “a la izquierda le cuesta tener líderes políticos”. Es cierto, pero es un fenómeno mundial y no solo afecta a la izquierda, sino también a la derecha. En el caso del socialismo, lo acaba de demostrar España, donde las figuras del presidente Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias, fundador de Podemos, han quedado aún más devaluadas de lo que estaban, después de las elecciones municipales y autónomas del último domingo. La derecha arrasó en el llamado M28.

Últimamente, la izquierda suele tener ídolos de barro que tarde o temprano se derriten, como pasó en Perú (Castillo), Argentina (Fernández) o Bolivia (Morales). En Colombia (Petro) y Chile (Boric) van por los mismos pasos. En el Perú ya no hay personajes como Alfonso Barrantes, Jorge del Prado, Javier Diez Canseco y otros tantos que, aunque con sus radicalismos y utopías, defendían con firmeza y decencia sus posiciones. Pero la derecha tampoco se salva. En este lado del planeta tiene a Trump (EE.UU.) y Bolsonaro (Brasil) como sus máximos referentes. Casi no hay líderes de derecha ponderados, ecuánimes, prudentes. El extremismo la está ganando, pese a que la historia dice que ese no es el camino. Tenemos a un Milei, por ejemplo, quien dice que “las calles pueden ser privadas” y que “podrías instrumentar un sistema de lectura donde cada uno se encargue de su calle y eso le generaría ingresos”. Increíble. Y del otro lado del charco por esos rumbos también van Díaz Ayuso (España) y Meloni (Italia), con discursos que no consideran como tema central un ideario político con planes para el bienestar de la población, sino en atacar y destruir al rival político con una sed de venganza desbordada. Esa es su prioridad.

Volvamos a Jane Fonda. Según ella, “necesitamos poder. No solo protestas. Y para tener poder necesitamos líderes. Y hay que escuchar a quién no piensa como tú, con el corazón, comportarse mal es el lenguaje de los trumpistas. No hay que ser sectario y no hay que tener miedo a tener líderes”.

Eso es, el sectarismo, que no es sino intolerancia, discriminación y odio, está en ambos bandos, en la izquierda y la derecha. Y las consecuencias saltan a la vista. Nadie dice que en política hay que ser blandito, complaciente y manipulable, pero el sectarismo lleva a perder las riendas y el control. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Check Also
Close
Back to top button