Particular

“Millón de alumnos estaría fuera del sistema educativo”

Exministro Idel Vexler afirma que los gestores políticos están en otro tema y la educación a distancia se encuentra muy debilitada

POR: CÉSAR PICCIOTTI M.

Idel Vexler, reconocido educador y exministro de Educación, considera que el actual ministro de esa cartera, Carlos Gallardo, no está poniendo todo el empeño para que la población escolar retorne a clases presenciales el 2022. “Me imagino que su silencio se debe a que recién se está enterando de lo complejo que es el Ministerio de Educación”, afirma, precisando que existen las condiciones presupuestales para que los colegios públicos del Perú habiliten su infraestructura en la nueva normalidad. Nuestro canal digital La Noticia dialogó con el destacado maestro.

Doctor Vexler, estamos a cinco meses del inicio de un nuevo año escolar y no hay visos de un trabajo planificado que tienda al retorno a las clases presenciales luego de la pandemia. ¿Coincide con esta apreciación?

No veo al nuevo ministro Carlos Gallardo trabajando para las clases presenciales del 2022. Mire, en el Perú tenemos unos 53 mil locales escolares públicos, la gran mayoría de estos en una situación precaria en cuanto a infraestructura: baños inservibles, ambientes sucios, sin pintar, sin kits de higiene y otros elementos propios de bioseguridad. A esto se agrega que el personal administrativo y de mantenimiento no están asistiendo con regularidad. Los directores hacen esfuerzos para que esto cambie, pero no es suficiente. Todos deben de ir ya a los colegios, abrirlos, ventilarlos.

¿Estamos a tiempo para acondicionar los locales escolares para iniciar las clases presenciales el 2022?

Mire, los colegios se pueden acondicionar en uno o dos meses. Estamos a cinco meses. Es decir, estamos a tiempo para que existan condiciones de bioseguridad, pero tenemos un ministro de Educación que prefiere el silencio. Tengo entendido que este año se ha destinado unos 160 millones de soles para el mantenimiento preventivo de los colegios. Con lo del 2020 y el 2021 llegamos a unos 700 millones. Presupuesto hay.

¿Qué sucede entonces? ¿Falta de gestión? ¿Lentitud?

Decisión política. Mire, si esperamos a que el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied) funcione, estamos perdidos. Yo quise reorganizar esta institución, pero lamentablemente dejé el cargo. El Pronied es un elefante blanco, maloliente, con cáncer crónico. Si el Estado no responde, debe ser la comunidad educativa la que lidere el acondicionamiento de los locales escolares. Directores regionales, directores de UGEL, gobiernos regionales, alcaldes distritales, empresa privada, padres de familia y Fuerzas Armadas deben poner manos a la obra. Tenemos que apelar a jornadas comunitarias. Más acción y menos política.

¿Cómo evalúa hasta la fecha las clases virtuales? ¿Han rendido los frutos que se esperaba?

Para empezar, las clases virtuales durante el gobierno de Francisco Sagasti no comenzaron el 15 de marzo sino el 15 de abril. El ‘Aprendo en Casa’ comenzó a funcionar mejor en el segundo semestre del año pasado con relativo éxito. Sin embargo, este año ha dejado mucho que desear. ¿Hemos visto alguna TV privada transmitir clases este año? Nada. ¿Las radios regionales? No sabemos. Y con este nuevo gobierno tampoco se escucha nada de un fortalecimiento de la educación a distancia. Han sido los profesores y los propios padres de familia los que –con gran esfuerzo– han generado sus propias plataformas innovadoras para llegar a todos los alumnos, donde el celular está jugando un rol muy importante. Sin embargo, los gestores políticos de ambos gobiernos (Sagasti y Castillo) están en otro tema y la educación a distancia está muy debilitada, muy descuidada. Por ello, cerca de un millón de alumnos estaría fuera del sistema educativo en la educación básica regular.

¿Tiene alguna información acerca de las clases semipresenciales en el ámbito rural?

Hemos avanzado algo. Actualmente, entre 6 a 7 mil escuelas rurales están aplicando las clases semipresenciales, pero de un universo de 43 mil escuelas. Es decir, apenas estamos en un 15 a 18 por ciento, pero vamos avanzando. Este avance, para variar, no parte de las autoridades sino por voluntad de los directores. Recordemos que el gobierno anterior había hablado –para comenzar– de 13 mil escuelas, 630 mil escolares y 55 mil docentes.

¿Qué opinión le merece el actual ministro de Educación, Carlos Gallardo?

Lo conozco, pero no sabía de él desde el 2005. El actual ministro estuvo ausente de la dinámica educativa durante todos estos años. Se lo digo porque yo he sido viceministro de Educación por nueve años, ministro seis meses y 20 años en el Consejo Nacional de Educación. Me preocupa su radicalismo, no tanto su silencio. Gallardo más que dirigente sindical ha sido un activista. Siempre se mostró en contra de la Carrera Pública Magisterial. En eso es muy distinto al exministro Juan Cadillo, quien tuvo buenas iniciativas como mejorar la evaluación de nombramiento, de ascenso, mantener la Carrera Pública y otros temas. Pienso que todo ello le costó el puesto, lamentablemente.

¿Gallardo debería de renunciar?

Prefiero no pronunciarme en temas políticos. Me imagino que su silencio se debe a que recién se está enterando de lo complejo que es el Ministerio de Educación y que una cosa es con guitarra y otra con cajón. Lo que sí le pediría es que ponga todo su esfuerzo para promover una gestión plural y democrática, convocando a maestros y padres de familia. Ah, y que su prioridad sean las clases presenciales el 2022. Tiene que publicar la norma ya.

CLASES SEMIPRESENCIALES EN LIMA

El retorno a clases es posible gracias a la Resolución Ministerial N°121 del Minedu, la cual establece los criterios técnicos para el reinicio de clases en pandemia. Son 16 los centros educativos que han iniciado las clases semipresenciales y están ubicados en Surco, San Luis, San Borja, Surquillo, Miraflores, Barranco y Chorrillos, y la población escolar de inicial, primaria y secundaria involucrada suma 13 mil 371 estudiantes. Las UGEL han trabajado con cada colegio en el cumplimiento de un detallado protocolo en el que se exige asegurar la separación de dos metros como mínimo entre alumno y alumno, hacia adelante, atrás y los costados; la ventilación permanente de los espacios, la existencia de un lugar para el lavado de manos, el uso correcto de mascarillas en el aula, entre otros aspectos.

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