El reconocido piloto de Fórmula 1 enfrentó una inusual situación durante sus vacaciones en Portugal. Y es que, a pesar de su historial de triunfos en las pistas, al neerlandés de 26 años le negaron el alquiler de un automóvil que alcanza los 310 km/h por políticas de seguro.
El hecho ocurrió cuando Max Verstappen intentó hacer una reserva del lujoso vehículo Mercedes AMG GT, en una sucursal de una reconocida empresa de alquiler de coches.
No obstante, cuando consultó por el modelo en cuestión, fue informado de que no cumplía con el requisito de edad mínima de 30 años para poder conducirlo, una normativa establecida por las condiciones de seguro de la compañía.
La empresa declaró para el diario británico The Sun, que “los empleados de nuestro socio franquiciado en Portugal solo siguieron las normas establecidas por motivos de seguro”.
Y añadió que, a pesar de reconocer las capacidades de Verstappen al volante, ceder ante su solicitud hubiera significado una infracción a sus políticas de seguro.
El tricampeón mundial no tuvo más remedio que optar por un modelo alternativo y menos potente, un BMW Serie 5. Mientras tanto, su manager, Raymond Vermeulen, fue quien condujo el Mercedes inicialmente deseado por Verstappen.
Tras su paso por Portugal, el campeón se dirigió a Brasil a la boda de su cuñado, Nelson Piquet Jr., también expiloto de Fórmula 1.
