Mala hierba en la Policía
Por: Martín Valdivia Rodríguez

En un reportaje de Radio Televisión Española (RTVE) difundido en las redes sociales, dos narcotraficantes entrevistados por una periodista de ese país, desde la clandestinidad y con los rostros cubiertos, cuentan en qué medida y hasta qué punto están comprometidos ciertos malos policías con las organizaciones criminales. Se trata de un problema muy antiguo y solo cuando hay una autoridad nueva o se hace una grave denuncia se promete el oro y el moro, pero transcurre el tiempo y no pasa nada, pues los policías corruptos siguen en su garbanzal.
Veamos el diálogo de la reportera española y los delincuentes:
- Ustedes tienen armas, claro…
- Nos proveen a nosotros.
- ¿Y quién los provee de armas?
- Ja, ja, ja… La misma Policía.
- ¿Se las compran ustedes?
- No, se alquilan.
El presentador del reportaje comenta que “en el Perú hay un problema gravísimo del aparato del Estado porque el narcotráfico corrompe y se ha incrementado muchísimo (…)”.
El reportaje sigue con el diálogo entre la reportera y los narcos:
- Hay tanto narcotráfico como otros delitos…
- El narcotráfico es como pan caliente acá, por toneladas.
- Toneladas de cocaína…
- Cocaína, base, pasta, piedra (crack), champán, whisky, como lo llamamos…
- Y además de las plantaciones están también los laboratorios…
- Exactamente.
- ¿Y quiénes son los dueños?
- Hay cárteles bolivianos, peruanos…
- ¿Y también ahí están las autoridades y la Policía sobornada?
- En primer lugar, la Policía. Ellos mismos se hacen asaltar, se hacen quitar, para que ellos mismos lo vendan o revendan.
De pronto, ya casi al final del reportaje, una persona aparece y dice: “El Estado lo sabe, todo el mundo sabe lo que está ocurriendo (…)”. Por eso, un tuitero comenta la publicación de RTVE de esta manera: “Y si siguen jalando la pita, también sabrán que existen políticos, jueces, fiscales, congresistas y excongresistas metidos en la vaina”.
No hay ningún riesgo de sesgo o exageración en el reportaje, pues la prensa extranjera no tiene por qué perder la neutralidad y no la mueve ningún aspecto subjetivo.
Y esto no solo ocurre en el narcotráfico. También se da en otros delitos, en las bandas de asaltantes, de secuestradores, de extorsionadores… A veces se captura con las manos en la masa a policías que integran estas organizacio- nes criminales, se identifica a sus cómplices, se detectan sus mecanismos, pero, increíblemente, después la mala hierba vuelve a brotar.
En la Policía hay gente honesta, decente, trabajadora y eficiente. Eso hay que reconocerlo. ¿Pero cómo se va a poder combatir la delincuencia si en la institución encargada de esa función hay manzanas podridas? Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.