La historia del “Pabellón de los suicidas”
El llamado “Pabellón de los suicidas”, en el cementerio Presbítero Maestro, es un punto de donde nacen muchas leyendas peruanas que despiertan nuestra curiosidad. Aquí se encuentra la tumba de Gregoria Camacho, a quien se le conoce como la Bruja Mala y que tiene el singular símbolo de la muerte (una calavera con dos huesos cruzados) esculpido en su lápida. Dicen que cuando fue enterrada, su lápida tenía símbolos religiosos como sucede con las tumbas de cualquier otra persona fallecida, pero misteriosamente la lápida se rompió.
Cuando se intentó colocar una nueva lápida con los mismos símbolos, apareció nuevamente rota. Entonces, finalmente, se le colocó una lápida con el símbolo de la calavera y desde entonces no se ha vuelto a romper, lo que hizo que una nueva leyenda peruana naciera. Dicen que hasta ahora su tumba es visitada por chamanes y curanderos locales. ¿Por qué será?
Otra de las historias famosas en este Pabellón es la de los primos que se amaban pero que al ser un amor imposible decidieron suicidarse juntos. También está la historia del boticario que en 1926 y presa de los celos, asesinó a su joven pareja para luego quitarse la vida. Historias que hasta ahora resuenan entre las paredes del cementerio.
El Pabellón San Joaquín, más conocido como el “pabellón de los suicidas”, fue inaugurado en 1924 y cuenta con una capacidad para 906 ataúdes. Según la tradición, en este lugar, fueron enterrados los cuerpos de quienes no merecían sepultura en camposanto. Allí se encuentra excomulgados, practicantes de otras religiones, aquellos que murieron en duelos de caballeros y en su mayoría, suicidas, razón por la cual lleva ese nombre, que lo ha hecho famoso .
Este pabellón ocupa un área que durante el siglo XIX
formaba parte de los alrededores del Cementerio Presbítero Maestro. El terreno fue un antiguo potrero que la Iglesia compró poco después de su inauguración.
La genealogista, Frida Galdós, manifiesta:
“Antes de la existencia de este pabellón, a estas personas se les enterraba en fosas comunes o incluso se las dejaba a la intemperie, a merced de los animales carroñeros. La iglesia procuraba dejar sentada su posición en todo momento, y es que el acto de suicidarse, para esta institución representa una traición a la patria o un pecado.»
En este lugar encontramos enterrados a personajes muy singulares e historia un tanto aterradoras.
Las historias más conocidas sobre algunos difuntos de este pabellón:
1) Gregoria Camacho, conocida por algunos como “la bruja mala” está enterrada en este pabellón, su lápida es la única en todo el cementerio en la que se encuentra plasmada la calavera con los huesos cruzados, símbolo de peligro y de los piratas, haciendo referencia a su esposo, quien era un criminal de los mares, lo curioso de esta historia es que, aunque en el cementerio esté prohibida su entrada, muchos brujos y chamanes logran burlar la seguridad e ingresan a visitar la tumba de Gregoria Camacho, pidiéndole ayuda para sus conjuros y hechizos.
2) La historia de Alejandrino Aparicio Subiría y María Subiría Briceño, dos primos que terminaron enamorándose y sus familias no estaban de acuerdo, entonces ambos decidieron suicidarse. Las familias al ver esto aceptaron que en su entierro estén juntos y por ello, se puede ver ahora las dos tumbas juntas y muy parecidas.
3) La historia de un farmacéutico que se enamoró de la dueña de la botica donde trabajaba y después de una relación tormentosa, ella decide terminar la relación y lo despide. Él estaba muy enamorado de ella, había planeado casarse y tener una familia.
Escribe una carta explicando que pensaba suicidarse, pero cuando la ve en la botica, la llama y le dispara causándole la muerte. Después de esto se mata él.
4) Un joven cajamarquino de 21 años, Víctor Raffo.
Él ató una soga a su cuello para luego de un salto alcanzar la muerte. No se pudo determinar porqué se suicidó. Sólo encontraron una nota junto al cuerpo que se balanceaba:
“Me mato y no tengo motivo alguno, me mato porque la vida me apesta”.
5) El Sr. Thompson de 27 años. La llegada de doña Raquel Carvajal y sus dos hijas, provocó en Thompson el inicio de un amor oculto. Una mañana, el joven las vio acercarse a la puerta y en un arranque de locura disparó dos tiros sobre Emma, la menor de las hijas, quien murió instantáneamente. Un testigo del crimen, el cabo Carlos Ezeta, persiguió a Thompson en su huida. Este, al verse acorralado, se llevó la pistola a la sien y apretó el gatillo. Desde hacía meses amaba a la joven en silencio, pero nunca se había atrevido a declararle su amor.
6) Una de las historias más impresionantes, corresponde a la de Lom Tom. Un chino barbero de la calle Capón, que mató a sus clientes y escondió los cuerpos en su local, al verse acorralado por la policía, se suicidó.
7) Por último, el nicho del dueño de la casa Matusita también se encuentra en este pabellón. Él primero mató a toda su familia para luego quitarse la vida.
En la actualidad este lugar no ha perdido protagonismo ya que hace tres años, esta zona del cementerio fue escenario de un suicidio, mientras uno de los vigilantes hacía su ronda acostumbrada en la mañana, vio a un indigente que al parecer se había quedado dormido ahí, en la segunda ronda se acercó para despertarlo, pues vio que seguía en el mismo estado, pero se dio cuenta que había una botella de gaseosa y una bolsa de insecticida. Al querer despertarlo se dio cuenta que no se movía, se había suicidado.
Sin lugar a dudas, este lugar encierra muchas otras interesantes historias.
Los que visitan esta zona afirman sentir algunos malestares, como dolores de cabeza y falta de oxígeno, síntomas que son relacionados a la presencia de espíritus.
¿Será que estas almas aún se encuentran en la tierra sin poder descansar en paz?.
Fuentes : Blogs de mausoleos de Lima
Composición : Julio Vallejos Lartiga