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La historia de “Tatán”, un “faite” de los bravos en los años 50

Un temible delincuente de guante blanco que también era llamado “Robin Hood de Barrios Altos”

La Lima de años 50, aún pequeña y tranquila, vio nacer a uno de los delincuentes más famosos de toda la historia criminal del país: Luis D’Unian Dulanto, alias “Tatán”. Debutó en el mundo del hampa a los 16 años en Barrios Altos y la prensa de esos tiempos lo convirtió en leyenda popular.

Se caracterizó por su elegancia y astucia. En las peleas con otros “faites” de alto vuelo cambiaba de mano el cuchillo con mucha destreza Luis D’Unian Dulanto nació el 4 de marzo de 1925 en la antigua calle de Las Carrozas (hoy cuadra 1 del jirón Huánuco) en los Barrios Altos. Creció por los alrededores de la zona conocida como “Huerta Perdida” (últimas cuadras del jirón Áncash), donde posteriormente solía esconderse.

EMPEZÓ A LOS 16 AÑOS

Desde su niñez fue apodado “Tatán” debido a la dificultad que tenía para pronunciar la palabra “Tarzán”. Sus acciones delictuosas comenzaron en su adolescencia y con tal furor que a los 16 años fue detenido varias veces por hurtos y asaltos. A los 17 años (1942) ya había sido detenido e ingresado a un centro carcelario y en mayo de 1944, con 19, fue capturado por robo. Al año siguiente, pasó nuevamente a la cárcel y de allí a El Frontón. Fue acusado de quemar vivo a un hampón apodado “La Zamba”, pero salió absuelto por falta de pruebas.

Luego de ser liberado al poco tiempo, en abril de 1945, volvería a ser apresado por robo con 20 años. Ya para esos años su nombre empezó a hacerse conocido entre los delincuentes mayores que comenzaron a protegerlo. Luego se convirtió en un “bravo” y se sabía que contaba con su propia banda criminal dedicada a asaltos a empresarios y a locales de diversas compañías de la ciudad.

CRÓNICAS POLICIACAS

Tenía un estilo muy particular al vestir, hablar, caminar y hasta sonreír, lo que lo hizo un personaje muy particular y contribuyó con su creciente fama. Así como era temido y odiado, también era querido y admirado, decían que era una suerte de “Robin Hood”, pues a veces regalaba lo que robaba. Las crónicas policiacas recuerdan travieso bigote sobre su cínica sonrisa, que dejaba brillar su diente de diamante.

Tras su liberación en 1954, se pensó que los años en la cárcel le habían servido de escarmiento y que enmendaría su camino. Se decía que en prisión había aprendido el oficio de carpintería. También trabajó como actor de radio o promotor en una tienda del Jirón de la Unión.

Incluso intentó incursionar en el fútbol profesional en el club Carlos Concha, que en 1955 debía enfrentar el campeonato de la segunda división. Sin embargo, la Federación Peruana de Fútbol le solicitó una constancia del Poder Judicial que acreditara que no tenía deuda alguna con la sociedad, lo que no se pudo cumplir.

2 MILLONES DE SOLES

Al poco tiempo “Tatán” se encargó de desmentir su supuesta rehabilitación al organizar y participar en el asalto a la Caja de Ahorros y Consignaciones por más de 2 millones de soles. Fue capturado nuevamente y conducido a la Cárcel Central. Sin embargo, a pesar de que el fiscal pidió una larga condena, fue apoyado legalmente y huyó a Chile. Los diarios, revistas y radioemisoras contaban sus correrías y sus peleas en el barrio de Cinco Esquinas.

También fue un gran ajedrecista, según se afirma, capaz a la vez de jugar “a ciegas” y conversar con sus amigos. Tras su regreso al Perú continuó su vida criminal. A fines de 1959, D’Unian afrontó su último juicio y, nuevamente, fue absuelto. Posteriormente, en 1961, participó en lo que sería su último crimen: el asalto y asesinato de un empresario nisei. Tras un mes de búsqueda, fue detenido el 4 de abril de 1961, en la casa de una mujer en Barranco.

CEMENTERIO EL ÁNGEL

Estando en la Cárcel Central, el 15 de junio de 1962 fue asesinado por otro criminal, Javier Peralta, alias “China”, quien lo apuñaló nueve veces en venganza por el asesinato de su compañero Víctor Pizarro, alias “Zamba”. Fue sepultado en el Cementerio El Ángel, en el nicho ubicado en Pabellón Santa Casimira, fila F, nicho 22.

Su vida fue narrada en una miniserie

“Tatán, el ángel de los pobres”, una miniserie peruana de 1993 que fue protagonizada por Óscar Carrillo, fallecido hace unos días, narra la vida de Luis D’Unian Dulanto. La serie trata la historia de un joven que busca justicia y ayuda a los necesitados en un contexto social complicado.

“Tatán, el ángel de los pobres” fue producida por Michel Gómez y contó con un elenco que incluye a Javier Echevarría, Aristóteles Picho, José Manuel Lazáro, Haydee Cáceres, María Angelica Vega y Juan Manuel Ochoa. La serie tuvo 12 capítulos y se ambienta en un entorno urbano, mostrando la lucha de “Tatán” contra la injusticia y la pobreza.

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