Es cierto que el Hamas es una organización extremista, fanática e integrista que practica acciones condenables como las que efectuó el sábado pasado en Tel Aviv y en otras ciudades de Israel. Todo ello es repudiable. Pero no es menos cierto, que Israel, y en especial, este gobierno de ultraderecha de Benjamín Netanyahu practica constantemente terrorismo de estado contra la población indefensa de palestina.
Antes del ataque del Hamas del sábado, el ejército israelí había matado y bombardeado a más de 200 palestinos en los últimos meses. Israel mantiene durante años a más de 5000 palestinos en cárceles, la gran mayoría población inocente que su único “pecado” había sido protestar contra la ocupación injusta e ilegal que Israel mantiene sobre la franja de Gaza, convirtiendo a Palestina en Guetos, en brutal apartheid.
Lamentablemente, Hamas (a quienes todos repudiamos) es consecuencia de la opresión sionista de los diferentes gobiernos de Israel que no quieren reconocer a Palestina como un estado libre, independiente y soberano con derecho a la autodeterminación como sí lo reconoce la comunidad internacional y Naciones Unidas. A partir de 1967, después de la Guerra de los Seis Días, Israel invadió territorio palestino y se quedó ocupándolo a la fuerza hasta el día de hoy, y por más que ha habido decenas de resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas condenando esos hechos y “ordenando” que Israel desocupe esos territorios, no solo se han negado, sino que además tienen a su población sometida y torturada.
La Franja de Gaza donde viven dos millones doscientos mil palestinos se ha convertido en la cárcel más poblada del mundo, ya que el ejército israelí la tiene cercada, impidiendo el libre acceso y salida de sus ciudadanos, esto, además, sin contar con las múltiples incursiones que hacen en Gaza para controlar sus suministros y torturar a su gente. Los palestinos quieren un estado independiente y soberano, la ley internacional les asiste, sin embargo, Israel se niega a reconocerlos, además de oprimirlos y bombardear su infraestructura. Otro acto de provocación de Israel es la construcción de asentamientos de colonos judíos en territorio palestino.
En suma, es tan condenable, el terrorismo del Hamas, como el terrorismo de estado que ejerce Israel a través de su ejército (el cuarto más poderoso del mundo) contra la población de Gaza y Cisjordania. Mientras exista opresión, destrucción y falta de reconocimiento por parte de Israel a un estado palestino, lamentablemente, no habrá paz ni coexistencia. Hoy, los muertos de la población civil palestina ya supera a los fallecidos en Israel, esto se debe a la desproporcionada respuesta de la Fuerza Armada israelí que está destruyendo la precaria infraestructura de Gaza y matando a sus habitantes.
El ministro de Defensa Israelí ha dicho que “los palestinos son perros humanos”, y que serán aniquilados, y en un acto de barbarie que merece la condena mundial, ha señalado que cortará el agua, la luz, el suministro, y la comida en Gaza ocasionando un inhumano bloqueo, y así violando flagrantemente los derechos humanos. En síntesis, mientras palestina no sea libre, difícilmente llegue la paz.
(*) Ex vicepresidente del Perú
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