Opinión

No echarle la culpa a la prensa

Por: José María “Chema” Salcedo

A poco más de una semana de haberse estrenado el gobierno del presidente Pedro Castillo no recuerdo que un presidente haya tenido nunca tan baja aprobación. La última encuesta de Datum establece que el presidente tiene una desaprobación de 41%, una aprobación de 39% y un 20% no sabe, no opina. El señor Castillo ganó con 50% y un poquito más, y ahora está en 39. El caso es raro porque siempre el que gana la elección va con un bonus, con un plus de prestigio o apoyo popular.

Es normal que esto suceda porque en la calle hay un referéndum diario que es el alza de los productos de primera necesidad, que no se produce porque haya una conspiración, una banda de dráculas que quieren sangrar al pueblo, no. Esto se produce, entre otras cosas, porque el precio del dólar levanta el precio de una serie de productos que consumimos, importados o con componente importado, como es el caso del peruanísimo pollo a la brasa, que come importación. Y entonces, por qué no producimos. Porque sale más caro producir que importar, pues, ese es otro tema. ¿Hay motivos para esto? Claro que los hay. Junto a este referéndum de la economía, del bolsillo popular, que estamos viendo todos los días -porque el dólar se dispara por la incertidumbre, porque nadie quiere arriesgar un centavo en este país en las actuales condiciones-, la otra sensación es la inseguridad. Nadie sabe qué le va a pasar no dentro de un año, mañana. Estamos todos en ascuas y tenemos una sensación de peligro, instintivamente sabemos que estamos corriendo peligro. Y esto, a pesar de que, hay que reconocerlo, la paranoia del público por el COVID ha bajado porque ha habido vacunación, que permite a la gente tener un poquito más de tranquilidad.

Todo esto afecta la popularidad presidencial. Lógicamente, los voceros del gobierno, tan originales, le echan la culpa a la prensa. Bueno, eso lo he escuchado yo desde que tengo uso de razón. “La prensa es culpable, la prensa dice, la prensa miente, la prensa hace”. No, señor. Un periodicazo no puede cambiar el estado de ánimo de la población. La prensa informará, pero la gente decidirá, se forma una opinión. El facilísimo expediente de este y otros gobiernos de echarle la culpa a la prensa es una de dos o las dos juntas: Uno, incapacidad de conocer la realidad, con lo cual estamos condenados al Vizcarrismo versión dos; o, dos, paranoia, campaña de preparación para intervenir a la prensa, que “es la que crea los problemas, pues”. Si la prensa crea los problemas, le echo, pues desinfectante a la prensa. Si seguimos en este camino, nos va a ir, francamente, muy mal, en todos los sentidos.

(*) Periodista

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