¿Fuiste infiel y no te pudo perdonar? Por Graciela Ferrando, psicóloga

La aparición de una tercera persona en la relación es otro de los motivos más frecuentes de ruptura. Y uno de los más dolorosos también.
¿Por qué sucede? La mayoría de los hombres que han sido infieles aducen motivos sexuales, mientras las mujeres argumentan falta de compenetración, es decir, insatisfacción conyugal (monotonía, relaciones estancadas o falta de comprensión afectiva). Se busca fuera la felicidad que no hay en casa, una nueva ilusión o experimentar sensaciones nuevas.
Casi la mitad de los hombres no perdona una infidelidad, y en la mujer es que necesita explicarse por qué ha ocurrido: buscar una causa, y es muy frecuente que experimente sentimientos de culpa. El hombre, sin embargo, exterioriza su ira volcando toda la culpa en su pareja, y está menos dispuesto al perdón. También hay quien admite que su pareja tenga una relación puntual cuando sólo se trata de sexo y no hay sentimientos. Es uno de los conflictos de pareja más complicado de superar en una relación.
Un tercero en discordia, es un tema muy delicado. “Recuperar la confianza en el otro es quizás lo más difícil de lograr cuando ha ocurrido un episodio de infidelidad. No hay palabras que consuelen y se precisa de una buena dosis de paciencia, de comprensión y de amor, de saber darle tiempo al tiempo para poder perdonar u olvidar”.
Si uno de los miembros de la pareja decide no continuar en la relación debido a que el “tercero en discordia”, es más ya su nueva disposición de querer, desear y mantener una nueva relación. Se trabaja la aceptación y el proceso del duelo frente a la ruptura de un tercero en discordia con “el ofendido”. Es un proceso doloroso, y de mucho compromiso de mejorar siempre por uno mismo.
- La infidelidad acarrea una crisis de identidad.
- Se puede convertir en un acontecimiento traumático: una herida profunda.
- Acompañarse por un especialista psicólogo de pareja ayuda mucho afrontar este acontecimiento de forma adecuada y sostenida.
SIN EMBARGO…
- Hay infidelidades que matan a la pareja y hay infidelidades que la despiertan y la sacan de una mala situación; le dan un golpe de energía que no ha tenido en muchos años (aunque es siempre un proceso muy doloroso).
Nada ni nadie es indispensable, ni nada ni nadie es perfecto, somos seres humanos que estamos dispuestos a cambiar comportamientos basados en esquemas aprendidos, buscar el equilibrio es un trabajo diario, evitar la experiencia es no vivir, frente a cada problema nos hacemos más problemas, no quiero decir con esto de que seamos problemáticos o conflictivos en una relación o interacción, es que la vida está hecha de problemas a resolver, y el control muchas veces termina siendo el problema, tratamos de controlar a los demás, a los problemas, ¿a qué costo? Cada uno de los obstáculos en la vida, problemas, situaciones difíciles, como ésta, de atravesar una crisis de un tercero en discordia, se construye sobre intentos de solución. Haciéndonos responsables de nuestras propias acciones y teniendo una responsabilidad afectiva, entonces así la vida nos muestra un camino de coraje y valentía. Una nueva ruta, una nueva vía.
Dudar forma parte de nuestra naturaleza, pero cuando tratamos de resolver las dudas con más dudas, se desencadena un laberinto patológico del que es difícil salir. Aunque no imposible.
Decidir perdonar una infidelidad, es una situación, pero cuando ya existe un tercero en discordia, quizás no solo un interés genuino hacia otra persona, sino que también comprende una conexión emocional. Es de considerar ambos miembros de la pareja, si es saludable continuar o no en la relación, para eso autoevaluar la relación es de suma importancia.
R con R, no te rindas, no te resistas.
Psicóloga Psicoterapeuta
Graciela Ferrando
@psicologagfg
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