Estudiar en reciprocidad una maestría o doctorado en el Perú
Mientras los norteamericanos van al país de Reino Unido en intercambio académico de reciprocidad intelectual a cursar estudios de maestría y/o doctorado, y viceversa, los británicos también van, en promedio, a los Estados Unidos de Norteamérica a hacer sus cursos de maestría y/o doctorado, por estos lares nuestros compatriotas van a España a cursar estudios de maestría y/o doctorado, pero no a la inversa. Es curiosa la diferencia entre los Estados Unidos de Norteamérica y el Perú al respecto, pues ambos fueron colonia de países europeos, como el Reino Unido y España respectivamente.
La antigua colonia británica ahora brilla por igual en lo intelectual que su antigua metrópoli, a nivel general de su sociedad. Pero la antigua colonia hispana no recibe, en reciprocidad, el volumen de alumnos interesados en seguir estudios de maestría o doctorado, respecto a la antigua metrópoli española.
En busca de una explicación nos dirigimos a los sistemas educativos de ambas ex colonias, y sucede que respecto a éstos, el sistema educativo norteamericano muestra innegables bondades, acompañadas por una determinada política de Estado de reconocimiento del mérito y de los talentos de las personas, que se muestra como producto en los numerosos científicos galardonados con los Premios Nobel hasta el momento, a diferencia de un solo Premio Nobel peruano que a la sazón es compartido con España al tener el galardonado (Mario Vargas Llosa) ambas nacionalidades. El examinar con imparcialidad los ensayos redactados por los niños en la escuela elemental al parecer trae buenos resultados para los norteamericanos.
Ello descubre en consecuencia que hay mucho por hacer en el tema educativo general en el país; pero sí podemos hacer tareas específicas en lo que concierne al ámbito universitario, pues debemos procurar que los hispanos y todo extranjero se animen y decidan por llevar cursos de maestría y/o doctorado aquí, en Perú, mostrando una plana docente y de investigación seleccionada por mérito y por sus talentos. Y es que, en lo que respecta al derecho, no se requieren máquinas y herramientas físicas para desarrollar nuevo conocimiento, pues solamente se requiere suficiente inspiración, talento y disciplina como método de trabajo.
En el ámbito normativo -no social- del derecho como ciencia lo determinante es la reflexión y el pensamiento jurídico. Y el pensamiento realmente no hace distingo entre un castillo y una choza.
(*) Analista político y abogado
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