Economía

Espía rusa se hizo pasar como una peruana para infiltrarse en una base de la OTAN

Policía la desenmascaró en Italia, pero escapó y su paradero es un misterio

Una mujer rusa que usaba el nombre de María Adela Kuhfeldt logró infiltrarse durante años como espía en la base de la OTAN en Nápoles. Afirmaba haber nacido el 1 de setiembre de 1978 en el Callao, Perú, ser hija de padre alemán y madre peruana, pero las investigaciones posteriores la han identificado como Olga Kolobova, agente rusa e hija de un coronel de ese país.

En 2005, un abogado de Lima presentó una partida de nacimiento falsa y solicitó el reconocimiento de la ciudadanía para la mujer, sin embargo, por incongruencias de exactitud, la solicitud fue rechazada y se abrió una investigación penal.

Entonces, Olga Kolobova justificó su ciudadanía rusa diciendo que nació en Sudamérica, que tenía padre alemán y madre rusa, pero por los Juegos Olímpicos de 1980 en Rusia, su madre la llevó a Moscú y la dejó allí con una familia soviética y nunca más regresó.

En 2013, la mujer se movió entre Roma, Malta y París, pero finalmente se instaló en Nápoles, sede del Comando de Fuerzas Conjuntas Aliadas de la OTAN, abrió una joyería y más tarde, en 2016, inauguró una galería conceptual en el Palazzo Calabritto, donde asistieron celebridades.

Olga Kolobova, quien seguía usando la identidad de María Kuhfeldt, desapareció sin dejar rastro en 2018, cuando se publicaron los nombres de los espías rusos que intentaron envenenar al exagente Sergey Skripal y a Emil Gebrev. Viajó de Nápoles a Moscú sin rastro. Su paradero aún es un misterio.

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