WASHINGTON. El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, advirtió ayer que no intervendrá en la crisis en Siria ante la ofensiva de yihadistas rebeldes contra el gobierno de Bashar al Assad. “Los combatientes de la oposición en Siria, en una acción sin precedentes, han tomado por completo numerosas ciudades, en una ofensiva altamente coordinada, y ahora están en las afueras de Damasco, preparándose para hacer un gran movimiento para eliminar a Assad”, dijo. Siria “es un desastre” y “no es un país amigo y EE. UU. no debería tener nada que ver con esto. No es nuestra lucha. Que ocurra lo que tenga que ocurrir. No nos involucremos”, aseveró. Además, acusó al expresidente Barak Obama por la crisis actual en Siria. “Obama se negó a cumplir su compromiso de proteger y se desató el infierno, con Rusia interviniendo”, añadió.
