Dime qué te duele y te diré que tienes que perdonar Por Graciela Ferrando, psicóloga
¿Perdonar es sanar?
Perdonar es una cosa.
Sanar es otra.
Muchas veces lo único que nos ata a una persona o a una situación es la rabia, el dolor o la frustración. Por eso aprender a perdonar es lo único que nos permite avanzar. Algunas personas creen que perdonar es sanar, porque el acto de perdonar puede liberar a la persona que perdona de sentimientos antes mencionados, y que son dañinos para su bienestar emocional y mental.
Sanar no significa que el daño nunca existió, significa que aquello que nos dañó no gobierna más nuestras vidas.
Pedir perdón no siempre significa que estamos equivocados y que el otro está en lo cierto. Simplemente significa que valoramos una relación mucho más que a nuestro ego.
¿Qué es realmente el perdón?
El perdón es un proceso emocional que tiene muchos beneficios tanto para la persona que perdona como para la que es perdonada.
El perdón puede permitir a las personas dejar atrás el pasado y avanzar en sus vidas.
¿Perdonar es olvidar?
Perdonar no significa que se olvide, o se justifique el comportamiento que causó el daño. Vamos que para eso es que tenemos memoria; tampoco aplica el elegir sentir un resentimiento y actuar de forma fingida, es más el modo que al recordar el evento negativo en el presente, no genere una emoción negativa que produzca una conducta negativa.
¿Debes de perdonar necesariamente para avanzar?
El decidir perdonar, es soltar, desenganchar con el pasado, es ser consciente que sin juzgar la experiencia pasada puedes formular un estilo positivo de afrontamiento respecto al dolor y la ofensa que principalmente beneficia a la víctima de tales estados afectivos a través de una reorientación emocional.
Y si avanzas mejora tu presente, dejas de bloquear, de rumear, de justificar, de etiquetar, claramente dejas de juzgar y juzgarte, para orientar tu atención más en tu vivencia presente, encontrando un significado distinto a lo que viviste. Es asimilar el recuerdo desde otra perspectiva. También puede ayudar a mejorar las relaciones con los demás, es un paso hacia la reconciliación y la restauración de la confianza.
No es una condición decir verbalmente te perdono, o yo perdoné. Es importante destacar que el perdón es un proceso individual y personal. No es fácil perdonar, se necesita tiempo y apoyo. Múltiples causas, múltiples situaciones, ninguna es igual a la otra, hay heridas más profundas y difíciles, a veces el perdón no siempre es posible o apropiado en todas las circunstancias, se debe tomar en cuenta la experiencia y la situación.
Las intervenciones basadas en el perdón han demostrado ser eficaces para: incrementar el nivel de autoestima, bajar los niveles de ansiedad y depresión; modificar el tipo de actitud frente al agresor e incrementar la esperanza.
Y la esperanza motiva la conducta, se relaciona con el bienestar, y es una orientación positiva hacia el futuro y representa un estado cognitivo, emocional y motivacional hacia uno mismo.
Lo contrario al no perdonar, que significa vivir en el pasado negativo, baja autoestima, emociones negativas.
La esperanza significa tener voluntad y determinación de poder lograr, en este caso el perdón y así continuar la vía hacia un futuro sano. Mas en el presente y enfocado en el aquí y ahora.
Entonces perdonar es:
- Un proceso de aceptación
- Un regalo invaluable que te haces a ti mismo
- Un acto de liberación personal
- Un proceso valioso, que puede conducir a una mayor paz mental y emocional.
Si fuera tu último día de vida, ¿a quién perdonas?
Psicóloga Psicoterapeuta Graciela Ferrando
R con R, no Te Rindas, No Te Resistas.
Psicóloga Psicoterapeuta
@psicologagfg
997699706