Claro mensaje de extorsionadores. Los trabajadores y asistentes de una discoteca en San Juan de Lurigancho vivieron momentos tensos, luego que desconocidos dejaran en los exteriores del local una granada de guerra.
Ocurrió en la cuadra 24 de la avenida Canto Grande. El explosivo fue dejado debajo de una escalera metálica, ubicada en la entrada principal de una discoteca, donde se realizaba una fiesta de música chicha. Alertados del hallazgo, agentes de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) se desplazaron hasta el lugar y llevaron a cabo los procedimientos legales para evitar que esto genere víctimas.
Se presume que los propietarios del negocio serían blanco de amenazas de parte de organizaciones criminales dedicadas a la extorsión y que con este accionar buscan exigir el pago de cupos. Los trabajadores de la discoteca mantuvieron hermetismo y evitaron brindar declaraciones a los medios de comunicación.
