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Con “Y… ¿SI TE LLAMO, AMOR?”, Carlos Huamán Chávez, debuta el mundo de las letras contando una historia sin tabú.

El también gestor cultural, clown, filmmaker y fotógrafo, ha partido de manera holgada con su primera novela corta, narrada en primera persona, donde cuenta una ágil historia particular (pero que puede encajar en cualquier lector) cargada de  experiencias juveniles contextualizadas en la ciudad de Lima (y en la Unidad Vecinal Número 3) de la década de los 90.

En dicha obra de amor y desamor, Carlos (de 17 años), inicia la ficción con una sutil exploración del mundo de las comunicaciones, donde elabora, junto con dos amigos, un programa musical que traerá consecuencias inmediatas en la toma de decisiones de cada uno y el inicio de su aventura febril. 

Durante el desarrollo de los hechos, se enamora (al menos así lo indican sus instintos) de Luna, una mujer que lo lleva al borde de la palpitante desesperación y la hermosa locura: de allí, el lógico desprendimiento del punto esencial para darle título a este travieso trabajo.

Dicen las habladurías populares que cuando uno se enamora, pierde la razón, la brújula y no hace otra cosa más que mantener un contacto, físico o no, con la otra parte (sea como sea). Aquí es donde el personaje ve en cada ‘teléfono público’ (de aquellos donde se depositaba una moneda para hablar por 3 minutos), la oportunidad de discar y enlazarse telefónicamente con la estrella del relato, así tenga que pedir prestado una ficha o una moneda.

Uno de los hilos conductores del escrito es la música. El narrador protagonista, escucha una serie de canciones mientras están sucediendo los hechos (Dolores Delirio, Héroes del Silencio, etc.) o las mismas están sonando al azar por donde él camina o está estacionado meditando sobre su actuar.

Cabe destacar, que paralelamente, Carlos rinde un homenaje sincero a la autora de sus días: su madre, quien lo conoce perfectamente y sabe que el inquieto mozalbete ya coquetea con el sexo opuesto (por una serie de procederes dentro del sagrado hogar).

Las letras de este libro, corren a una velocidad ágil y son amenas, amigables. A veces se tornan caóticas, otras tantas, cómplices y otras, irónicas. 

En cada página, lo interesante se hace presente y los estupores también. No hay motivo ni razón para avergonzarse de contar una historia sin tapujos (ni tampoco al leerla). Huamán Chávez es directo, manifiesta y escribe sus pensamientos sin censura, sin anestesia. Es su estilo, así es su personalidad.

Y SI TE LLAMO AMOR, tiene esa particularidad de ser una obra urbana construida con emociones y acciones concretas, con verdad y autenticidad, con frescura y sinceridad. Es un buen motivo para volver a tomar un libro (acción casi rara en la actualidad) y volar con la imaginación hasta ubicarse en el mismo momento que están sucediendo los hechos.

Escribir estas letras, posiblemente haya sido para Carlos una terapia libertadora de una serie de emociones atrapadas en su mochila de vida. Acá ríe, llora, juega, correo, huye, regresa, es testarudo, se equivoca, acierta, se sincera, miente, se proyecta, se deprime. Todo a la vez, es como subir a una locomotora que va a toda velocidad y sin frenos.

Carlos y Luna, viven. Se enamoran y se desencantan. Se detestan y se buscan. Juegan su propio juego y se salen a caminar por las calles oscuras de la gran ciudad hacia un punto finito donde se desarrolla un evento musical. Se miran, se huelen.

Y así, los dos se entrelazan y van hacia un final alucinante donde las imágenes antes vividas, dan vuelta sobres sus cabezas. 

¡Obra recomendable!

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