Opinión

Muchos “Nanos” mueren todos los días… sin atención hospitalaria

Por: Fernando Cillóniz Benavides

La penosa y desatendida muerte del popular Nano Guerra García – primer vicepresidente del Congreso de la República – ha puesto de manifiesto, nuevamente, el tema de la salud pública en nuestro país. Tal cual ocurrió hace poco con las pésimamente manejadas – y peor atendidas – epidemias de Covid-19 y dengue.

Salvo muy contadas y honrosas excepciones, la salud pública en nuestro país es una porquería. Una más. Tal cual la política corrupta, la justicia de “cuellos blancos”, la educación ideologizada, el agua escasa, la vivienda indigna, la seguridad fuera de control, y demás. El Ministerio de Salud, las Direcciones de Salud de los Gobiernos Regionales, EsSalud, los hospitales de las Fuerzas Armadas y Policiales, La Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD) … todos tienen vela en este entierro.

Entonces, punto No. 1. Lo del congresista Guerra García no fue un caso aislado. ¡Es la regla! Así de mal está la salud pública de nuestro país. Al Estado le importa un bledo las enfermedades, los dolores o las muertes desatendidas de los peruanos. Punto No. 2. El problema de la salud pública no es presupuestal. ¡Es moral! En ese sentido, cometen un craso error aquellos políticos, periodistas, académicos, incluso “especialistas en salud pública” que siempre sacan a relucir el tema presupuestal. – ¡Más presupuesto, más hospitales, más especialistas! – piden a voz en cuello. En mi opinión ¡están fuera de foco! El presupuesto público para la salud aumentó 7 veces en los últimos 20 años, y la calidad del servicio empeoró, en vez de mejorar.

No niego que hagan falta más y mejores centros de salud. Pero la principal causa del caos existente es la descarada corrupción en el sector. Léase, las mafias de la salud.

Me refiero a aquellos médicos indolentes que abandonan los hospitales en horario de trabajo – y por ende, a los pacientes – para atender descaradamente en consultorios y clínicas privadas. También me refiero a aquellos enjambres de farmacias, laboratorios, consultorios, clínicas privadas y hasta funerarias ubicadas frente a cada hospital estatal. ¿Acaso aquello no es indicativo de corrupción y malos manejos en los hospitales? ¿Cómo justificar – si no – la proliferación de los “Centros Médicos Dr. Luis Quito”, y otros que están por todo el país; pero siempre contiguos a los hospitales?

La pregunta es ¿tiene solución el problema de la salud pública en nuestro país? Por supuesto que sí. En el Gobierno Regional de Ica, en el período 2015 / 2018, denunciamos – y combatimos con éxito – la podredumbre moral en la salud pública iqueña. Centenares de médicos, enfermeras y funcionarios corruptos fueron sancionados. Incluso, muchos fueron destituidos. Fue una guerra pero la vencimos.

El problema vino después de terminar nuestra gestión. En ese entonces, mi sucesor – Javier Gallegos Barrientos – desde el primer día de su gestión, repuso a la mafia de la salud que habíamos eliminado, y todo volvió a su estado anterior: corrupción, corrupción y más corrupción. ¡Desgracia total!

¡Tenemos que resolver el problema fundamental de salud pública! Pero ¿cómo? Sí se puede mejorar los servicios de salud en todo el país. Es cuestión de quitarles las competencias de la salud a los políticos corruptos e inoperantes, y profesionalizar y adecentar el servicio a nivel nacional.

Autoridades Autónomas, blindadas de la política inmoral, inepta, indolente e injusta… ¡eso es lo que se necesita! Autoridades Autónomas, altamente profesionales, especializadas, meritocráticas, eficientes, sostenibles, descentralizadas, rectas – tipo Banco Central de Reserva (BCR).

(*) Exgobernador regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button