“Brasil está en el límite. Estoy esperando que el pueblo dé una señal”, afirmó el mandatario de este país, Jair Bolsonaro, quien sostuvo que la política de “cerrar todo” pone al país frente a “la inminencia de tener unos problemas serios” en materia social.
Por ello alertó de que el país “es un barril de pólvora” por las medidas restrictivas adoptadas por gobernadores y alcaldes para intentar ponerle freno al descontrol de la pandemia.
Según datos oficiales, en poco más de un año, Brasil acumula casi 360 mil muertos y 13,6 millones de contagios, con la curva pandémica en pleno ascenso y los hospitales al borde del colapso.
