Política

Arzobispado de Lima pide no utilizar a la Iglesia en el proceso político actual

Monseñor Carlos Castillo cuestiona uso de crucifijo por Keiko Fujimori en el último mitin

El Arzobispado de Lima emitió un comunicado firmado por monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, primado del Perú, mostrándose en contra de la actitud de la candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien realizó oraciones católicas como el Padre Nuestro y presentó símbolos de la Iglesia Católica durante su mitin del último sábado.

“Desde el inicio del proceso electoral en el Perú, nuestra Arquidiócesis de Lima manifestó la importancia de garantizar siempre la claridad del Evangelio enseñado con la profundidad con que nos ha dicho Jesús, para formar conciencia y decidir en libertad. En ese sentido, queremos recordar a toda la feligresía y al pueblo en general que la Iglesia está involucrada en el proceso político, pero no es partidaria de ningún partido. La Iglesia no puede abogar por un candidato o partido político sobre los demás. Nuestra causa es la defensa de la vida y dignidad humana, y la protección de los débiles y vulnerables”, dice una parte del comunicado.

El documento agrega que “La Iglesia participa en el proceso político, pero no debería ser utilizada por él. Damos la bienvenida al diálogo con líderes políticos y candidatos; buscamos encontrar y persuadir a quienes ejercen cargos públicos. Los eventos político-sociales y las oportunidades de fotografiarse no pueden sustituir a un diálogo serio”.

Recordemos que, durante la actividad del sábado, que fue liderada por la candidata del partido naranja, también se realizaron constantes menciones a Dios y Jesucristo, ello mientras se presentaban símbolos como crucifijos. En este contexto, Castillo Mattasoglio invocó «a mantener el equilibrio, la ecuanimidad, la prudencia y el espíritu verdaderamente democrático».

En la última parte del documento fechado ayer en la ciudad de Roma, se lee: “Al usar los símbolos religiosos para manifestaciones de parte como son los partidos se corre el riesgo de abusar de estos símbolos. Por nuestra parte no podemos permanecer indiferentes ante esta realidad. La política partidaria divide, en cambio Dios es de todos. Invocar a Dios en favor de sí mismos es siempre muy peligroso. Pensando en el bien común de nuestro país, invocamos a mantener el equilibrio, la ecuanimidad, la prudencia y el espíritu verdaderamente democrático”.

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