Gatos fueron compañía Gatos fueron compañía perfecta de célebres perfecta de célebres escritores y artistas

Las mascotas preferidas de Borges, Hemingway, Cortázar, Picasso, Freddy Mercury y muchos más

Así como los perros, los gatos también son mascotas muy apreciadas. Son muy cariñosos y tienen un buen carácter, pero también se distinguen por su indepen- dencia y por necesitar menos atención que otros animales. Por eso, personajes históricos de la literatura y el arte en general los prefirieron como mascotas. Diversos estudios han demostrado que tener un gato reduce el estrés y son grandes compañeros para quienes se sienten tristes o deprimidos. Normalmente, los dueños de gatos tienen la presión arterial más baja que las personas sin mascotas.

MASCOTA PERFECTA

No todo el mundo es capaz de llegar a tener una relación auténtica con un felino, su carácter solitario, individualistas e independiente lo hacen el animal perfecto para convivir con un escritor o las personas que necesiten paz, tranqui- lidad y silencio para la inspiración.

Tal es esa conexión que Ezra Pound y Charles Bukowski dedicaron poemas a estos animales que han hecho las delicias de novelistas, cuentistas y poetas.

FAMOSOS Y SUS GATOS

Grandes escritores han tenido gatos inseparables que también se volvieron famosos. Jorge Luis Borges, por ejemplo, tenía a Beppo; Ernest Hemingway, a Snowball; Edgar Allan Poe, a Catarina; y F. Scott Fitzgerald, a Chopin. Mark Twain, quien fue mine- ro, periodista y conferenciante de prestigio antes de lograr fama como literato, tuvo varios gatos: Apollinaris, Beelzebub, Blatherskite, Buffalo Bill, Satan, Sin, Sour Mash, Tammany y Zoroaster. Y así, también han tenido mininos Truman Capote, Charles Bukowski, Virginia Woolf, etc. Otros personajes célebres que tuvieron un felino en casa fueron Freddy Mercury, Kurt Co- bain, Pablo Picasso, Andy War- hol y muchos más.

LA ANÉCDOTA DE CORTÁZAR

Los gatos son buena compañía, especialmente para quienes necesitan paz, tranquilidad y alejarse del ruido. Lo sabía bien Julio Cortázar, escritor argentino nacido en Bélgica. Cuentan que el autor de “Rayuela” recogió un día a un gato callejero, al que describía graciosamente como “negro y canalla”.

Cortázar encontró al gato vagando por una calle de Saignon, al sur de Francia. Por alguna razón le puso Teodoro W. Adorno, nombre del famoso filósofo alemán y uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort. La ocurrencia llegó a oídos de Adorno, quien nunca más volvió a la casa de Cortázar, al que hasta llegó a ignorar cuando se le cruzaba por la calle.

 

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