Piden la renuncia de Boluarte y Lozano: ¿Quién resistirá más?
Por: Tito Ponte Silvera

Se agudiza la crisis nacional y no solo en la política, sino también en el fútbol. Ayer, el campeonato peruano vivió el primer ‘walk over’, una acción que ya habían advertido los clubes implicados en la disputa de derechos televisivos contra la Federación Peruana de Fútbol. Hace 20 años el balompié peruano vivió un hecho muy similar con la protestas de la gran mayoría de equipos, impulsados por la Agremiación de Jugadores, los cuales se negaron a jugar si no se les cancelaba una deuda que alcanzaba los dos años. Incluso, el torneo tuvo que terminarse siete fechas antes, por la negativa de los jugadores a presentarse a los partidos.
Hoy, el motivo es el conflicto por los derechos de transmisión de la Liga 1 en la que Cusco, Alianza Lima, Cienciano, Melgar, Deportivo Municipal, Binacional y Sport Boys, comunicaron que no jugarían el campeonato por la “irregular medida cautelar que ha logrado imponer de manera arbitraria e ilegal la FPF, al acudir al poder judicial que pone en riesgo el presente y futuro del fútbol nacional”. No cabe duda que los interesas particulares son el origen de esta disputa que se ha extendió a niveles judiciales y que únicamente perjudican el desarrollo del balompié en nuestro país, venido a menos, sobre todo en el ámbito local donde nuestra primera división necesita rodaje y no paralizaciones para poder representar dignamente al país en la Copa Libertadores y Copa Sudamericana, certámenes en los que han dejado una mala imagen en las últimas ediciones. Además, la selección nacional también se ve afectada por falta de competencia de los jugadores que están en la mira de Juan Reynoso.
La época de las protestas y vacancias está de moda, y el fútbol no es ajeno a esta situación. Una de las peticiones de los clubes es que el presidente de la Federación Peruana de Fútbol renuncie prontamente a su cargo, por las decisiones y las irregularidades que tomó el mandamás de la FPF. Y si la causa de que el balompié nacional retroceda y se convierta en una catástrofe y, en consecuencia, en una vergüenza internacional, es mejor que el señor Agustín Lozano renuncie y no continúe siendo el responsable de la debacle del deporte más seguido y querido del país.
(*) Analista deportivo
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