El presidente Pedro Castillo ha solicitado al Congreso de la República ser recibido hoy para ofrecer un mensaje a la nación. En principio, dicha solicitud presidencial se encuentra amparada por lo que dispone la Constitución Política del Perú en el artículo 118, inciso 7. El presidente puede, en cualquier momento de su gestión, dar cuenta de los actos gubernamentales, llámese planes, programas, acciones o respuestas a contingencias propias de su gestión.
Ello significa que el jefe de Estado tiene como marco de referencia lo expuesto en su programa a la nación el 28 de julio pasado, o el voto de confianza adquirido tras el discurso del presidente del Consejo de Ministros, vale decir el doctor Aníbal Torres.
También se puede pedir dar un mensaje en el Congreso de la República como sucedió con Alan García Pérez, quien dio una respuesta política un problema en concreto como fue la decisión del Gobierno peruano de someter a la Corte Internacional de La Haya el problema limítrofe marítimo con Chile.
Otro caso fue el de Alejandro Toledo Manrique que se dirigió al Congreso de la República a raíz de un atentado terrorista ocurrido en el centro comercial El Polo.
Ahora, aclaremos que lo que no puede hacer el presidente de la República es confundir los planos: una cosa es Chana y otra cosa es Juana. Vale decir que no se puede confundir la solicitud para informar al país sobre las políticas nacionales, sectoriales, o las respuestas a contingencias políticas, de el pedido de vacancia en base a una serie de imputaciones, las cuales tendrán que ser absueltas en caso de que esta moción sea aprobada en la fecha en la que el Congreso señale.
Confundir los conceptos implica un acto de “zamarrería” política que resultaría inadmisible y que lo único que generaría es confusión, incertidumbre y, sobre todo, mayor confrontación en el país.
(*) Expresidente del Tribunal Constitucional
(*) Exministro de Justicia
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
