
¿Hubo dinero de la corrupción en la campaña electoral de Pedro Castillo? Es una de las preguntas de la última encuesta de Datum. Más del 70% de los encuestados dice que sí. Esta es una percepción, evidentemente. Pero la percepción es más importante que la certeza documentaria en política. La política en realidad es un choque de percepciones, de relatos. O el otro lado, el lado menos simpático de este relato es la persona que pertenece a una dinastía corrupta.
Hoy día que el 70% de los encuestados cree que la campaña de Castillo sí recibió dinero de la corrupción es un dato muy serio para el presidente y para la coyuntura política. Y esta percepción se está presentando en momentos en que se va a presentar al Congreso el Gabinete en busca de un voto de confianza que no sabemos si se lo van a otorgar porque no se ha removido a ninguno de los ministros cuestionados.
Evidentemente, no da la coyuntura para que mañana (hoy) se presente una vacancia contra el presidente, pero se van acumulando. Lo importante es que hay esta percepción, este ambiente de percepción y eso tiene que ver con el caso de corrupción de “Los Dinámicos del Centro”. El dato fundamental es la percepción de la opinión pública. La opinión pública no decide las cosas, no, la opinión pública decide en una elección, que es una encuesta con valor legal, pero sí crea el clima, sí crea la posibilidad. O sea, resulta que la verosimilitud de este cargo político, cuando se haga, como por ejemplo causal de vacancia, es algo que ya está asentado en la opinión pública y esto sí es no una decisión, pero sí una condición mínima o básica para que se produzca una decisión de esa naturaleza.
Esta es la coyuntura a la que estamos entrando en este momento, después de una serie de desaciertos del Gobierno que tiene que ver con el nombramiento de ministros cuestionados. Con el increíble tema de la contratación de Belmont para que sea asesor principal del presidente y después la salida de Belmont. Y luego el incidente con este embajador Richard Rojas, embajador frustrado en Caracas. Se está creando un abismo muy profundo que está afectando enormemente a la figura presidencial y a Castillo.
Veo muy difícil que el presidente y su entorno puedan revertir esta situación porque lo más grave es lo siguiente: parece que no se dan cuenta de lo que está ocurriendo. Y parece que no leen las encuestas o que estas no les importa, excepto cuando les favorece. Así estamos ante la presentación del Gabinete en el Congreso. De pronóstico reservado, absolutamente.
(*) Periodista
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