A la grave crisis económica que sufre Bolivia se suma un desastre natural que ha obligado al gobierno de Luis Arce a declarar el estado de emergencia.
Las torrenciales lluvias, que vienen azotando el país del altiplano desde hace varias semanas, han dejado hasta el momento 51 muertos y más de un millón de personas (378,885 familias) damnificadas. Los departamentos más dañados por la furia de la naturaleza son Chuquisaca (sureste), Santa Cruz (este) y La Paz. Las lluvias han causado inundaciones en las calles, desbordes de ríos y el arrasamiento de casas, ranchos y tierras de cultivo.
De los 342 municipios del país, 99 se declararon en situación de desastre y otros 18 en emergencia. Cientos de viviendas, incluso en La Paz, donde está la sede del gobierno, han sido desalojadas ante el peligro de que se derrumben.
