Opinión

¿Con quién se queda el perro? Disputas por la guarda de las mascotas

Por: Tullio Bermeo Turchi

Debo confesarlo, el título no es mío. Lo tomé de una canción del dúo Jesse & Joy, que narra el rompimiento de una pareja, dueños de una mascota, que se preguntan y ahora “¿Con quién se queda el perro?”. En la Roma antigua los animales, en particular los de tiro y carga, eran considerados como “cosas”, meros objetos de importancia suprema en la labor agrícola. Sin embargo, con el correr de los siglos, este pensamiento cambió. Se empezó a respetar y proteger a los animales, en particular, de los abusos y las agresiones de sus dueños o terceros.

La legislación y la jurisprudencia contribuyeron a consolidar esta visión de respeto y protección de los animales no humanos, al punto de ser considerados en muchos países como seres “sintientes”. En Perú, la Ley N° 30407 regula la protección y el bienestar animal y define a los “animales de compañía” como “toda especie doméstica que vive en el entorno humano familiar, cuyos actos pueden ser controlados por el dueño o tenedor”; asignándoles el estatus de “seres sensibles”.

En nuestro país, el 58 % de los hogares cuenta por lo menos con una mascota. De ese porcentaje, el 88 % prefiere un perro, por su amor incondicional y compañía, mientras que el 38 % prefiere un gato, por su elegancia y su adaptabilidad a espacios pequeños. De esta suerte, la relevancia de las mascotas dentro de la familia ha generado una industria y servicios especializados en franco crecimiento: veterinarias, alimentos procesados, productos farmacéuticos, peluquerías, locales pet friendly, servicios de paseos, entre otros servicios.

En la actualidad, las mascotas han logrado asumir un rol central en la vida de las personas y en la dinámica familiar, proporcionando protección, compañía, apoyo emocional, afecto, que incentivan la movilidad y son compañeros de juegos, y contribuyen a liberar el estrés y la ansiedad que genera la vida moderna. El contacto con los niños fomenta en ellos la responsabilidad, el cuidado y la comunicación. De esta forma, como resultado de esta convivencia, los humanos establecemos vínculos afectivos relevantes con las mascotas, al punto de ser considerados como parte de la “familia”.

La importancia que hoy gozan nuestras mascotas en el seno familiar, ha generado en la última década que en algunos países se dispute en los tribunales la guarda de los animales de estimación. En Perú, la mayoría de casos judiciales sobre mascotas, se ha centrado en el maltrato animal, la permisibilidad o no de tenerlos en edificios o espacios en condominio, no sobre la disputa familiar por la guarda del animal de estimación. Sería bueno que algún congresista reflexione sobre este tema y presente un proyecto de ley que llene este vacío legal. Las familias peruanas, el dúo Jesse & Joy y su mascota, se lo agradecerán.

 (*) Juez Superior Titular de la Corte Superior de Justicia de Ucayali.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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