Opinión

La lógica perversa detrás de la maraña burocrática estatal

Por: Fernando Cillóniz Benavides

Todo el mundo lo sabe: a más trámites, más corrupción. El fracaso estrepitoso del Registro Integral de Formalización Minera (más conocido como REINFO) constituye, tan solo, un botón de muestra. Pero el caso se repite – calcado – en prácticamente todos los permisos y licencias creados por el Estado para que los peruanos vivamos nuestras vidas – supuestamente – en paz y normalidad.

Esta vez, en mi última visita a Puno, los testimonios más recurrentes giraron en torno a la corrupción estatal frente a los pequeños mineros de la región, que hacen todo lo humanamente posible para formalizarse; pero no, imposible. Pero ¿por qué no consiguen formalizarse? Pues porque es imposible. El Estado ha hecho imposible cumplir con los intrincados requisitos e interminables trámites del famoso REINFO.

Y claro… para los funcionarios corruptos del Estado, no hay presa más apetecible que un pequeño “minero ilegal” con 100 gramos de oro en el bolsillo, cuyo valor – al paso – en el céntrico Jirón Mariano Núñez de Juliaca, es de aproximadamente US$ 10,000. Entre paréntesis… y a propósito de los programas políticos de los últimos domingos, ¡con qué naturalidad, Chibolín y los hermanos Siucho, involucran a una Fiscal Superior Especializada en Lavado de Activos, en un presunto soborno de US$ 1,000,000, por una movida de 100 kilos de oro! Como se ve, el Estado está de plácemes con la “minería ilegal”.

De ahí mi hipótesis, y mi convicción, de que el Estado – corrupto – es el principal interesado en mantener el statu quo de la pequeña minería (ilegal) en el país. Efectivamente, no hay nada mejor para la corrupción estatal que una delincuencia adinerada. ¡Una “delincuencia” creada – y promovida – por el propio Estado! Y eso es, exactamente, lo que está pasando con el boom del oro, aunado a la extraordinaria riqueza aurífera de Puno y del país. Por eso, no nos vayamos por las ramas.

El problema de Puno no es la Constitución del 93, ni el modelo económico peruano. En ese sentido, el problema de Puno no es un problema legal o presupuestal. Y menos, uno de falta de recursos naturales o humanos. El problema actual de Puno – y del país, en general – es la corrupción estatal. ¡Ese es el problema de Puno!

(*) Exgobernador regional de Ica

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