Opinión

Colombroños en el proceso electoral

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Como la vida, la política también da vueltas. Vladimiro Montesinos, el hombre que en la salita del SIN compraba escaños, palabras y conciencias con los fajos de dólares que ponía sobre la mesita de centro, seguirá dando que hablar por mucho más tiempo en la política peruana. Una de sus tantas anécdotas ha sido desempolvada en esta coyuntura poselectoral. Lo que son las cosas. Colombroño, una palabra que pronunció Montesinos en su juicio oral, podría ser usada por los abogados de Pedro Castillo para desbaratar uno de los argumentos que esgrimen los representantes legales de Keiko Fujimori en su pedido de nulidad de cierta cantidad de votos en las elecciones.

El incidente, que es traído hoy a colación en estos tiempos de ánimos crispados y desasosiego, ocurrió cuando el fiscal José Peláez Bardales le preguntó a Montesinos si tenía algún tipo de parentesco con el general (r) Jorge Torres Aciego, quien fue ministro de Defensa en el gobierno de Alberto Fujimori. El asesor respondió: “Somos colombroños, para su conocimiento…”, dejando en una pieza al fiscal, quien, tocándose la cabeza, le repreguntó: “¿Y eso qué significa?”.

Montesinos, con voz de profesor de primaria y con esa mirada pícara que lo caracteriza, le respondió: “Personas que llevamos el mismo apellido, pero no tenemos parentesco. Eso se llama co-lom-bro-ño”. El fiscal bajó la mirada y, con un inevitable rubor, dijo: “Huumm… Para que… todos nos enteremos…”, mientras Fujimori, quien también estaba en la sala, sonrió sarcásticamente e hizo una anotación en sus hojitas.

Así es, hay muchas personas en el Perú y el mundo que llevan los mismos apellidos, incluso el paterno y el materno, pero no tienen ninguna relación de parentesco. De ser este el caso, como ya se está mencionando, en el hecho de que en algunos locales de votación de provincias haya habido miembros de una mesa con los mismos apellidos, pero que no son familia, es perfectamente posible. Podrían ser, como decía Montesinos, colombroños.

En las presuntas irregularidades denunciadas por uno y otro candidato, con impugnaciones y pedidos de nulidad, hay de este y otros argumentos. No es tan difícil conocer la verdad, pues se cuenta con los documentos y la conformidad de los miembros de mesa y, en muchos casos, de los propios personeros de ambos partidos. Esperemos que las autoridades apuren su trabajo y definan la situación para acabar con tanta incertidumbre que le sigue haciendo daño al país. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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