“No hay otro robo más grande que el de Toledo”
Analista Fernán Altuve señala que el expresidente se hizo pasar como el superhéroe de la anticorrupción y terminó preso por corrupto

- Según Altuve, con Toledo el 2001 se inauguró la “república caviar” con bombos y platillos y declaraciones de honestidad, pero fue “pura hipocresía y una farsa absoluta”.
POR: CARLOS RIVEROS
El jurista y excongresista Fernán Altuve hace un análisis del caso del expresidente Alejandro Toledo, de quien dice que, en el 2000, se alzó como un superhéroe de la lucha contra la corrupción. “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”, afirma.
¿Qué significa para el Perú la extradición de Toledo?
Significa que el origen de la “república caviar”, que se inauguró en el año 2001 con tantos bombos y declaraciones de honestidad, en el fondo era una hipocresía y una farsa absoluta y total, donde han resultado, después de 25 años, más corruptos los que vinieron después del régimen de Fujimori.
Usó todas sus armas para evitar que lo traigan al Perú.
Luchó todo lo que pudo por seguir prófugo, pero las cosas son lo que son y la evidencia es la que es y eran demasiado sólidas para que un tribunal independiente de los EE.UU. no tomase esta decisión.
Alejandro Toledo en el 2000 aparece como el superhéroe de la lucha contra la corrupción…
Ahí tienen al superhéroe de la corrupción, mire la gente que tanto cacareaba. Como dice el dicho, dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Parece que con el señor Toledo se confirma ese dicho.
Por supuesto, él era el limpio, todos los demás eran corruptos, y mire usted, cómo han venido a terminar las cosas, hasta ahora ninguno, de los que yo sepa, están acusados de un robo tan grande como este. Toledo tuvo seis años corriendo porque hay gente que lo ha ayudado a correr. Aquí las cosas no han sido casuales, hay gente que lo ha ayudado, que lo ha apoyado, gente interesada, yo no puedo saber quiénes son todos sus cómplices, pero él ha hecho rica a mucha gente, pero a esos no los quieren ver, no los quieren buscar ni identificar; claro, si no los queremos ver ni identificar, pues entonces tenemos la justicia que nos merecemos.
Se dice que hay varios que deben estar preocupados por la llegada de Toledo al país.
Yo creo que eso no es así, porque la estructura de las acusaciones, la estructura del sistema anticorrupción no persigue a los ejecutores de la corrupción sino solamente al responsable último. A ver, ¿qué ha pasado con los casos de la señora Goray?, nada. ¿Qué pasa con los casos de los sobrinos (de Pedro Castillo)?, nada. ¿Qué pasa con los casos de los ministros del señor Humala o del señor Toledo?, nada. Entonces, aquí hay una fórmula que se ha encontrado para que todos digan que hay culpable y que se hizo justicia echándole la culpa al de más arriba y que todos los operadores y ejecutores quedan exonerados inmediatamente de culpa y, claro, ese es un sistema magnífico. Al final de cuentas la impunidad reina en todos los ejecutores.
¿Será porque son menos mediáticos?
Creo que es un problema de la estructura del sistema anticorrupción que bajo la idea hacer su trabajo más fácil, quiere colaboradores en vez de estar buscando y persiguiendo el delito, entonces facilita colaboraciones, da bendiciones para los colaboradores, agarra grandes cabezas y suelta a peces medianos. Eso, al final de cuentas, también es injusto, hay delincuentes privilegiados y no privilegiados y eso no es correcto todo el que ha tenido algo que ver tiene que asumir su responsabilidad.
“ELIANE KARP PODRÍA HABER SIDO CÓMPLICE”
Fernán Altuve sostiene que, si bien Eliane Karp no era funcionaria pública, podría haber sido cómplice escondiendo bienes.
“Hubo muchos funcionarios de ese gobierno sin los que no habría sido posible que ocurrieran las cosas que ocurrieron y nadie dice nada”, apunta.
Además, indica que lo ocurrido entre David Waisman y Carlos Almerí, en los exteriores de la DIPA, revela que todavía hay una maquinaria que opera para mantener la impunidad del señor Toledo y de sus socios. “El señor Waisman no fue a agredir a nadie, él fue el agredido”, refiere.
“A LOS CORRUPTORES NO LES PASA NADA”
Consultado sobre los presidentes presos e investigados, Fernán Altuve señala que “a la cárcel van los corrompidos y no los corruptores, las investigaciones tienen que ser tan absolutamente equilibradas con los corrompidos como con los corruptores”.
En tal sentido, sostiene que también se debe investigar y sancionar a los operadores de los actos de corrupción. “A ellos no les pasa nada, es una gran hipocresía donde todos señalan al que está arriba, pero nadie quiere ver a los ejecutores eso es una impunidad parcial”, acotó.