Particular

La historia negra de las AFP en el Perú

Cómo un sistema de pensiones importado de Chile es considerado un fracaso

Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son un dolor de cabeza para los trabajadores peruanos afiliados a este sistema, considerado como un fracaso. Los antecedentes de este modelo se remontan al año 1981 y se ubican en Chile, donde regía la dictadura de Augusto Pinochet. José Piñera —hermano del actual presidente Sebastián Piñera—, quien en ese entonces era ministro del Trabajo y Previsión Social, propuso un nuevo sistema privado de pensiones. El gobierno de Alberto Fujimori lo importó y lo aplicó en nuestro país. Los resultados son los que todos conocemos.

Fue el entonces ministro de Economía, Carlos Boloña Behr, quien creó las AFP en el Perú, a través de un decreto supremo en 1992. El objetivo era ampliar la cobertura de pensiones. En esa coyuntura también nació la Oficina de Normalización Previsional (ONP), a la cual se le asignó la administración centralizada del sistema nacional, así como de otros sistemas de pensiones administrados por el Estado.

CARLOS BOLOÑA

Carlos Boloña, inmediatamente después de dejar el cargo de ministro, pasó a ser presidente de AFP Horizonte. Para los inversionistas había nacido un próspero negocio y así, para junio de 1993, iniciaron operaciones ocho Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP): Horizonte, Integra, Profuturo, Unión Vida, Unión, El Roble, Providencia y Megafondo. Además, se creó la Asociación de AFP. Todo parecía marchar sobre ruedas.

Se trataba de un nuevo sistema de capitalización individual de los fondos que permite que la pensión esté directamente relacionada con los aportes realizados más la rentabilidad generada en el tiempo que permaneció afiliado.

En 1995, el entonces presidente Alberto Fujimori incentivó con bonos el traslado de los afiliados a la ONP al sistema privado de pensiones. De tal manera que ese mismo año las AFP lograron captar 1,1 millón de afiliados.

CRISIS FINANCIERA

En las AFP peruanas empezó una especie de canibalismo inspirado en el monopolio. Así, la AFP Horizonte absorvió a AFP Megafondo, AFP Nueva Vida a AFP Providencia, Profuturo AFP a AFP El Roble, y AFP Nueva Vida se fusionó con AFP Unión y crea AFP Unión Vida.

En el 2000, la Superintendencia de Banca y Seguros del Perú (SBS) asumió las funciones de la Superintendencia de Administración de Fondo de Pensiones. Cinco años más tarde se suma una AFP más: Prima AFP, del grupo Credicorp inicia operaciones y luego se fusionaría con AFP Unión Vida.

En medio de estos reacomodos, el sistema privado de pensiones tuvo su primera crisis financiera en el 2008, producto de la crisis internacional que se originó en el mercado de capitales, donde las AFP invierten los aportes de los afiliados. No obstante, el fondo de pensiones mostró un crecimiento continuo en los siguientes años.

Posteriormente, AFP Horizonte se retira del mercado y es absorbida por Profuturo (del grupo Scotiabank) e Integra (del grupo Sura). Entonces solo quedaron cuatro AFP en el Perú de los ocho que se crearon en 1993.

CONSEJO DE EVALUACIÓN

En el gobierno de Ollanta Humala se logró reducir las comisiones por saldo de las AFP, luego de aprobarse la reforma de pensiones. Fue entonces cuando nació AFP Hábitat Perú.

En junio del 2019, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) instaló un Consejo de Evaluación de los sistemas de pensiones público y privado, para que emita una serie de recomendaciones que mejoren el modelo.

El sistema de las AFP es considerado incluso en Chile, donde se creó, como un robo. Sus detractores afirman que no hay que ser ni experto ni economista para darse cuenta que las AFP no son realmente un modelo de pensiones, sino un mecanismo de acumulación y redistribución del capital. Es decir, un negocio con grandes posibilidades de perder.

PREMIO NOBEL JOSEPH STIGLITZ: ES UNA ESTAFA

Uno de los más duros críticos del sistema privado de pensiones es Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, quien ha calificado a las AFP como “una estafa”. Según él, se trata de un sistema que “genera poca cobertura, mala seguridad en la jubilación y valores mínimos de pensiones”.

Stiglitz afirma que el único que gana con este modelo de pensiones es el sistema financiero, pues administra una gran cantidad de recursos a bajo costo.

El Premio Nobel sostiene que el sistema privado de pensiones solo beneficia a la empresa y perjudica al trabajador, por lo que su aplicación puede afectar la realidad económica de un país.

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