Opinión

Segunda mesa de diálogo de la OEA

Por: Jorge del Castillo Gálvez

El Consejo Permanente de la OEA acaba de acordar en Washington DC, el envío de una misión de alto nivel al Perú para abrir posibilidades de diálogo entre Gobierno y Oposición, pero aún no se conocen los términos y condiciones de esa visita, aunque la resolución señala que, a la luz de la Carta Democrática Interamericana, se tiene por finalidad preservar la institucionalidad democrática. En primer lugar, debemos asegurarnos que la misión esté constituida por personas equilibradas que tengan independencia y una actitud democrática acreditada.

Si tomamos como referencia la Primera Mesa de Diálogo que tuvo su punto culminante a finales de 2000 y los primeros meses del 2001, debemos recordar que tuvo resultados exitosos, aceptados por todos, como fue facilitar la transferencia del gobierno fujimorista a la vida democrática, sin alteración del orden público ni muertos ni heridos; se modificó la Constitución para reducir el mandato presidencial y congresal en dos legislaturas ordinarias sucesivas, crear una ley electoral; realizar nuevas elecciones generales el 2001 y muchas otras acciones que posibilitaron esa salida política como consecuencia de arduas conversaciones y consensos aparentemente imposibles, pero logrados como consecuencia del consenso alcanzado.

Quizás esa experiencia válida pueda ser tomada en cuenta en esta nueva oportunidad, por lo que recordaré como fue su conformación.

La Mesa era presidida por el Canciller de Canadá Lloyd Axworthy siendo secretario general el expresidente colombiano César Gaviria; luego nombraría como su representante al distinguido embajador Eduardo Stein Barillas, quien luego fuera vicepresidente de Guatemala; la Secretaría Ejecutiva la llevaba la Sra. Patricia Fortier, quien años después volvería al Perú como Embajadora de Canadá. Un lado de la mesa eran los representan del Poder Ejecutivo como el Primer Ministro Alberto Bustamante Belaúnde, el Canciller Fernando de Trazegnies, congresistas como la Dra. Martha Chávez, Luz Salgado Rubianes, Samuel Matsuda y Absalón Vásquez, entre otros.

Del otro, la oposición democrática, en los que destacaba la presencia de Henry Pease García (UPP), Valentín Paniagua (AP), Fausto Alvarado Dodero y Fernando Olivera (FIM), Luis Solari de la Fuente y Diego García Sayán (PP), Rafael Rey, José Barba y éste servidor por el APRA. También la Sociedad Civil tenía su espacio con el Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi por la Conferencia Episcopal, Roque Benavides por la CONFIEP, José Luis Risco Montalván por la CGTP, Francisco Diez Canseco Távara por el Consejo por la Paz y Sofía Macher Batanero por los Organismos de Derechos Humanos.

Cuando empezó ese proceso, la OEA no cuestionaba las elecciones y defendía al gobierno, hasta que poco a poco, fueron apareciendo elementos de juicio que hicieron cambiar esa percepción y la Mesa se convirtió en una fórmula de solución política conversada y pacífica hacia la democracia.

Esperemos que se convoque a todos los partidos serios de oposición democrática, no a vientres de alquiler; también a la auténtica sociedad civil integrada por el Colegio de Abogados y demás gremios profesionales, Universidades, Gremios empresariales y laborales, Colectivos democráticos y de militares en retiro y por cierto la Iglesia peruana.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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