Opinión

Las calles silenciaron a la OEA

Por: Jorge del Castillo Gálvez

La 52° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos realizada en Lima del 5 al 7 de octubre resultó un fracaso total, donde más sonoras han sido las omisiones que la resolución final que se difundió sin pena ni gloria. La intrascendencia de sus acuerdos así lo acreditan.

Pero esas omisiones no han sido voluntarias, la primera intención de los que manipularon esta Asamblea era blindar al gobierno de Pedro Castillo, pretendiendo condenar la posibilidad de una vacancia presidencial que aprobara el Congreso como si fuera un golpe de estado. Esa orientación se veía desde el discurso de Castillo en Naciones Unidas. Sabemos de muy buena fuente que la Marcha del 5 de octubre hasta la misma puerta del evento, pesó mucho para que no se adopten acuerdos en ese sentido. Por tanto, hay que congratular a los Colectivos Ciudadanos y Legiones Militares que con su presencia desactivaron esa pretensión orquestada en Washington por Almagro con los embajadores Rodríguez Cuadros y Forsyth, a quienes el ex Canciller Luis Gonzales Posada ha calificado de portátil diplomática.

Tampoco prosperó la inclusión de “párrafos relativos al enfoque de género, orientación sexual y grupos excluidos” que estaban previstos en el marco del título general de la Asamblea “Juntos contra la desigualdad y la discriminación”. No hay duda que la concurrida marcha de “Con mis hijos no te metas” paró en seco estas pretensiones y dejaron sin habla al mismísimo Almagro al cual no le quedó ganas de tocar temas éticos, más aún cuando una noticia proveniente del exterior (Washington Post) revelaba una presunta inconducta moral del secretario general.

Por otro lado, una moción que pretendía excluir a la Venezuela de Guaidó para abrirle paso a la Dictadura al seno de la OEA fracasó al no alcanzar los votos requeridos; una vergüenza que la delegación peruana haya votado en contra de la democracia y a favor de la dictadura de Maduro.

Asimismo, otra moción demandando elecciones libres en Venezuela sin perseguidos políticos, fue rechazada con el voto del Perú, reafirmando la actitud servil y antidemocrática de nuestra Cancillería por razones ideológicas.

En cambio nada sobre la satrapía de Nicaragua que apresa candidatos y curas, ni sobre la comunista Cuba que reprime a los manifestantes por la libertad. Pero vergüenza mayor fue no haberse ocupado un minuto de la libertad de la ex presidenta de Bolivia Janine Añez, presa política del gobierno del MAS que manipula Evo Morales, condenada a 10 años de prisión, con posibilidades que aumenten esta pena.

Así transcurrió sin mayor atención ciudadana la Asamblea General de la OEA, dejando con los crespos hechos a los que la concibieron como un espaldarazo político a Pedro Castillo cosa que no sucedió y que más bien resultó un triunfo para la calle que triunfó en toda la línea, demostrando que si sirven y mucho, esas movilizaciones.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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