Evidentemente al Gobierno, y en especial a Pedro Castillo, no le ha ido bien con la misión de la OEA en Lima. Los cancilleres que la integraban quedaron más que sorprendidos con el peso de las imputaciones contra el presidente que les revelaron la Fiscal de la Nación y otras autoridades. Solo esto puede explicar la reacción post OEA, que en lugar de empezar una etapa de diálogos en búsqueda de entendimientos, da inicio a una agresiva ofensiva alrededor de la cuestión de confianza impulsada por Aníbal Torres Vásquez y el voto de confianza presentado al Congreso.
Hoy en vísperas de la presentación del Informe de la Misión de la OEA en Washington DC. dan un giro y la nueva primer ministra cursa sendas invitaciones a todas las bancadas, a la vez que reculan de sus amenazas de “Cierre del Congreso” y manifiestan cínicamente que ellos nunca han pedido el cierre del Congreso. La verdad es que se han asustado con los 98 votos que aprobaron la interposición de la acción competencial al Tribunal Constitucional.
No tengo duda de que el objetivo del régimen era intentar el cierre del Congreso, sino no hubieran armado todo el aparato que maliciosamente montó Aníbal Torres, ni tampoco hubieran lanzado en Consejo de Ministros la absurda teoría de convertir el rechazo liminar del Congreso a la Cuestión de Confianza como si se tratara de un primer rehusamiento. Esa Acta del Consejo de Ministros que hicieron circular amenazadoramente en redes se les ha convertido en un boomerang que pone a todos los firmantes como pasibles de ser denunciados por infracción constitucional juntamente con su presidente, que podría ser procesado y acusado por impedir el funcionamiento del Congreso, la cual es una causal que si está permitida activar por el art. 117 de la Constitución.
La presencia del gabinete Vásquez ya resultaba incómoda para el gobierno, motivo por el cual vimos como algunos congresistas del oficialismo pedían la salida del PCM, pero analizando la entrelínea nos damos cuenta que no era sino una trampa que nos llevaría a un primer rehusamiento de la confianza, quedando a un paso del cierre del Congreso, según las intenciones del Ejecutivo.
Como quiera que esa burda jugada quedó al descubierto y los primeros en evidenciarla y rechazarla fueron los constitucionalistas Domingo García Belaúnde, Víctor García Toma, Oscar Urviola, Natale Amprimo, Ernesto Alvarez, Carlos Mesía, Aníbal Quiroga y Jorge Cáceres Arce el 26 de noviembre con una declaración titulada “No al quebrantamiento del Orden Constitucional”; el oficialismo se percató que una audacia de ese tipo no quedaría impune y podría ser su fin, por lo que parece hubiera decidido ponerle fin e intentar tender puentes con una convocatoria a una “reunión de coordinación y trabajo” en la sede de la PCM. En tanto ha ingresado la tercera moción de vacancia promovida por el congresista Málaga que hace entrar en pánico a Pedro Castillo y se ha fijado el 12 de diciembre como fecha de debate y posible votación.
En estas condiciones resulta tarde buscar diálogos que nunca promovieron ni aceptaron; harían bien las bancadas democráticas no aceptar esta oportunista invitación y seguir los trámites del proceso constitucional de vacancia para acabar con este gobierno incompetente y corrupto.
(*) Excongresista de la República
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
